El pasado 27 de Junio los Utah Jazz acordaron con los Atlanta Hawks la adquisición del ala-pívot John Collins a cambio del alero Rudy Gay y de una segunda ronda del draft. Para los Jazz esta operación ha supuesto la incorporación de un jugador en su plenitud que fortalece todavía más el juego interior de los de Utah, mientras que para los Hawks significó dejar de estar por encima del tope salarial de la NBA que les habría hecho pagar un impuesto de lujo.
Además, tras esta operación, el 8 de julio los Hawks enviaron a Rudy Gay, al base TyTy Washington, al ala-pívot Usman Garuba y 4 segundas rondas de draft a los Oklahoma City Thunder a cambio del base Patty Mills. Es decir, los Hawks en una serie de operaciones han logrado liberar masa salarial desprendiéndose de jugadores prescindibles reforzando al mismo tiempo el puesto de base suplente.
En mi opinión, tanto Jazz como Hawks mejoran sus plantillas tras estos movimientos. Por un lado los Jazz refuerzan su juego interior, algo imprescindible para competir en la Conferencia Oeste de la NBA, con un baloncestista que puede jugar tanto de ala-pívot como de pívot y que todavía tiene margen de mejora. Y, por otro, los Hawks consiguen un base suplente con experiencia que les permitirá tener un juego exterior más compensado y una presencia que les aporte estabilidad en el vestuario.